VIOLENCIA VICARIA

El pasado domingo tres de abril de 2022, un niño de 11 años falleció asesinado por su padre con un cuchillo, en la localidad de Sueca (Valencia). El menor se había trasladado el día anterior al domicilio de su progenitor para celebrar su cumpleaños. Los padres tenían custodia compartida, pero el padre incumplía de forma reiterada el régimen fijado por el Juez, sin embargo ese fin de semana el asesino quiso ver a su hijo y estar con él a pesar de que el niño prefería estar con su madre. Resulta chocante que el hombre tuviera una orden de alejamiento de la madre y sin embargo el Juzgado de Familia le concediese la custodia compartida, obligando al niño a permanecer con su padre determinados días del mes. Tanto la madre del niño asesinado como la abuela paterna vivían con preocupación que el menor tuviera que visitar a su padre y vivir con él los periodos de tiempo marcados en la sentencia de divorcio.

Podemos preguntarnos: ¿Por qué no hubo comunicación entre el juzgado penal y el Juzgado civil que dictó el divorcio? ¿Acaso no tenían conocimiento de que el niño podía correr peligro? ¿Por qué no le contó la madre al Juez sus temores respecto del padre? Es muy tarde para preguntarnos estas cuestiones. El niño ya está muerto . Con 11 añitos recién cumplidos se despidió de la vida, de su madre, de sus amigos y de su colegio, de su futuro. Su padre irá a la cárcel y quedará una madre destrozada para el resto de su vida. Esto es la violencia vicaria. Para una madre es la peor de las violencias de género ya que el agresor decide hacerle el más doloroso de los daños, arrancarle la vida de su hijo y condenarla a seguir viva, a seguir respirando. Abramos todos los ojos y seamos firmes en la defensa de la mujer y sus hijos frente a la violencia machista.