Se cumplen seis meses desde que Grupo Piquer pasó a formar parte de las 160 empresas españolas que conforman la Red DIE (Distintivo de Igualdad en la Empresa), reconocimiento otorgado a las empresas que destacan de forma relevante y especialmente significativa en la aplicación de políticas de igualdad de trato y de oportunidades con sus trabajadoras y trabajadores, y por ello hemos decidido centrar la actividad de nuestra fundación en la igualdad real y dar así un paso más en el cumplimiento de nuestro compromiso con uno de los objetivos más importantes de la Agenda 2030: la igualdad de género.

Hemos creado ‘Por la igualdad’, un espacio divulgativo de Fundación Piquer para dar visibilidad a temas que necesitan una voz más para concienciar sobre su importancia. Además, queremos que sea un espacio de reflexión e interacción, donde podamos intercambiar ideas y dar forma al brillante futuro que nos espera.

Por las alumnas en asignaturas STEM

Dentro de la compleja cuestión que es el papel de la mujer dentro de la educación en todos sus ámbitos, pues llevan arrastrando pesadas cargas a lo largo de toda la historia que han lastrado sus aspiraciones y echado a perder una cantidad de talento incalculable, existe una asignatura pendiente (una de tantas) a la que queremos dar especial importancia por nuestra cercanía con la esfera educativa: la presencia de más alumnas en asignaturas STEM (Science, Technology, Engineering, Maths); es decir, en las disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, y sus respectivas carreras relacionadas.

El informe de la UNESCO Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM anuncia unas cifras alarmantes respecto a esta cuestión: el 35% del alumnado matriculado en carreras universitarias vinculadas a las STEM en la educación superior son mujeres; el porcentaje se reduce aún más si atendemos al número de mujeres investigadoras en todo el mundo, un 28%; o solo el 3% de las alumnas en educación superior, por poner un ejemplo, deciden escoger estudios vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Los datos expuestos son solo una pequeña muestra del resultado de los diferentes problemas con los que las mujeres se han visto enfrentadas a la hora de acceder a la educación y que, por desgracia, siguen padeciendo a día de hoy en muchas partes del mundo. No podremos dar un paso más hasta que reconozcamos cuáles son esos obstáculos, dónde está su origen y cuál es la mejor forma de erradicarlos. Es necesario comprender cómo la discriminación, la cultura, las expectativas, las normas sociales y los prejuicios frenan la calidad de la educación de la mujer e impiden el auténtico desarrollo.

Por qué hay menor representación de la mujer en la educación STEM

La desigualdad de género en esta cuestión empieza a configurarse en los primeros estadios de la educación primaria y va haciéndose más visible conforme se va accediendo a cursos superiores. Está demostrado que las alumnas van perdiendo el interés por las asignaturas STEM en los últimos años de la educación secundaria, y después se puede apreciar un alto índice de abandono durante los estudios superiores o incluso en la formación superior, pero ¿cuál es el motivo?

Si atendemos a factores biológicos como el desarrollo cerebral y su estructura, las hormonas, o la genética, está científicamente demostrado que la brecha de género no tiene nada que ver con esta cuestión. El aprendizaje se basa en la plasticidad neuronal y en la capacidad del cerebro para crear nuevas conexiones, e independientemente del género, mediante la práctica y la atención dirigida, estas capacidades pueden mejorar.

Las diferencias de género en las asignaturas STEM son producto de una mezcla de factores dentro de los procesos de socialización y aprendizaje. Hablamos de estereotipos explícitos e implícitos que se dan cuando comienzan a relacionarse con su entorno para conformar su identidad, elecciones y su conducta. Poco a poco se va formando en la mente de las niñas un sesgo de auto-selección en el que optan por no desarrollar sus conocimientos en asignaturas STEM. Es decir, es bastante común el hecho de que muchas alumnas se crían con la falsa idea de que estas disciplinas son de carácter masculino y que el desempeño femenino es inferior al masculino, minando de esta manera su interés y su confianza hacia su desarrollo en estos campos. La influencia del círculo familiar, en especial el de padres y madres, es otro de los factores a tener en cuenta. La proyección de las ideas de los progenitores, sus expectativas y sus creencias, dominadas en muchas ocasiones por estereotipos de género, dan lugar a un trato diferente entre niños y niñas, factor que influye directamente en la elección de sus estudios y áreas de interés.

A pesar de los avances en los últimos años sobre los derechos de la mujer, todavía sigue siendo una gran preocupación que el acceso universal a la educación todavía no se haya materializado en muchos países y que, por consiguiente, persistan esas desigualdades de género. Es una realidad que el número de niñas que asisten a la escuela sigue siendo muy limitado en muchos países, además de que las vías de acceso a la educación para ellas son más limitadas por los roles de género impuestos por la sociedad y por las normas sociales de cada cultura. La menor representación de alumnas en asignaturas STEM es consecuencia de un problema mucho mayor.

¿Cuál es la solución?

La solución tiene lugar en muchos y variados frentes, pero principalmente pasa por el convencimiento de toda la población mundial en la igualdad de género. Hasta que no entendamos en qué consiste y qué implica esa afirmación, no habrá solución alguna.

Independientemente de los condicionantes políticos, económicos, sociales y culturales, son los núcleos educacionales y sus sistemas quienes determinan ese interés primario de las alumnas en asignaturas STEM, y está en sus manos promover planes que otorguen oportunidades y motiven a más alumnas a desarrollarse en este campo. En nuestro país, según datos del Ministerio de Igualdad de 2019, los hombres representaban el 87,9% del total del alumnado de Informática. La nueva ley de educación, más conocida como ley Celaá o LOMLOE, recoge como una de sus medidas principales la promoción de la igualdad de género real con el establecimiento de planes que propicien el aumento de alumnas en ciencias e ingenierías, y que, del mismo modo, aumenten las matriculas de alumnos en asignaturas con más matriculación femenina. Un paso que demuestra que es en la educación donde hay que incidir para la inclusión de más alumnas en asignaturas STEM.

La especialización de las diferentes disciplinas, los docentes y la calidad de la docencia también influyen directamente en la elección de asignaturas STEM. Sin ir más lejos, las profesoras que imparten este tipo de asignaturas tienen un efecto positivo en el rendimiento e interés de las alumnas, haciendo que un mayor porcentaje se postule para desarrollar sus estudios superiores en estas vías. La estrategia docente también juega un papel determinante cuando se trata a las alumnas sin distinciones y tienen en cuenta sus inquietudes y necesidades de aprendizaje. El equilibrio en términos de género, en lo que se refiere a contenidos y materiales utilizados, también influye directamente en esta cuestión, por ello es importante contemplar los temarios con perspectiva de género e incluir, por poner ejemplo, un porcentaje igualitario de hombres y mujeres que hayan destacado a lo largo de la historia.

Por otro lado, también es de especial importancia realizar una correcta representación de la mujer en los medios de comunicación y reflejar un estado social en términos de igualdad de género, ya que afecta directamente a las expectativas y motivación de las alumnas a alcanzar la meta que ellas elijan.

Desde Fundación Piquer queremos animar a cualquier alumna a que elija su verdadera vocación y no se vea influenciada por falsos estereotipos. Que este pequeño artículo sirva como reflexión para despertar sus inquietudes y que tengan pleno convencimiento de que pueden ser capaces de todo. No hay duda, queda mucho trabajo por hacer, pero podemos intentar allanar el camino para concienciar de una vez por todas sobre la necesidad de una sociedad igualitaria.